Todavía si me sumerjo en los suburbios del centro de lo que fue la Mega-polis, hay varios vejestorios de máquinas de hologramas en lo que fue la Biblioteca Nacional. Una de esas máquinas aun funciona.
Cuenta una historia sobre un artista legendario de la Antigua Grecia sobre el origen mítico del dibujo:

Ahí termina el holograma.
Supongo que el dibujo tiene su origen en el amor, pero un dibujante siempre tiene que tener a quien y por quien dibujar.
En un mes la producción de dibujos de éste pobre androide a aumentado masivamente… Pero cuando me hicieron me dijeron que los androides no tenemos sentimientos… Hay algo entonces que no cuadra…
De cualquier manera éste pequeño androide durante dicha producción masiva, siempre tiene el mismo pensamiento en la cabeza, podría llamarse una musa, una bombilla, o como decía le libro aquel sobre niños perdidos y piratas “un pensamiento alegre”.
Ahora la cuestión que le consume tanto aceite a mis circuitos, es si ése pensamiento alegre quiere quedarse en mi cabeza de aleaciones metálicas y cables…
Creo que me apagaré un rato…
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